El día 27 de mayo de 2012 publicábamos en este blog un post con el siguiente título: Cuando la violencia habla por la razón en el que informábamos del atentado sufrido por el concejal de Vecinos por Torrelodones Carlos Beltrán, su familia y vecinos de las casas colindantes.
Un año después publicamos este texto redactado por el propio Carlos
Hace unos días han quemado el coche de la concejala de urbanismo de El Boalo, Un pueblo cercano a Torrelodones. Fuimos a estar con ella.
Lo mismo de hace un año aquí, un grupo de personas que con un cambio de gobierno han visto sus privilegios puestos en entredicho y como no les sirven los mecanismos de nuestra democracia se saltan todas las leyes de la convivencia y atentan contra la integridad de quienes consideran sus enemigos.
¿Enemigos de qué? Desde luego, de la violencia. Y yo, en concreto, además, de la paz sin justicia.
He guardado durante este año un silencio meditado. No me gusta ser centro de miradas, no me gusta estar en boca de la gente. No por cosas que no tienen que ver con mi vida pública. Pero algunas cosas que han pasado y están pasando me alientan a hablar.
Es momento de hablar. O mejor diría de no callar.
Hay que hablar, porque quienes tienen como único objetivo atacarme y hundirme (no sólo a mí, obviamente) no se callan. Siguen difamando, siguen mintiendo, siguen calumniando.
Hay que hablar, porque han pasado muchas cosas que tiene que ser conocidas por quienes si me aprecian….
Te puedes descargar el texto completo en este enlace


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El miedo, la coacción, la intimidación, la insidia son las armas
habituales de los caciques y poderosos con las que pretenden paralizar
a los ciudadanos y hacerlos más propensos a la servidumbre,
debilitando la sociedad abierta y empobreciendo sus valores. De eso
saben mucho el PP, La Coz y algunos otros. Siembran el terreno y
marcan las dianas sobre las que hay que actuar. Ese es el caldo de
cultivo en el que mejor se desenvuelven. Son personajes a medio camino
entre la nada y la más absoluta de las miserias.
Frente a esto surgen personas íntegras, que no se tambalean y que
luchan a brazo partido por acabar con las sombras que pretenden
atenazarnos. Son por lo menos nueve, pero detrás estamos muchos más
que os admiramos, apreciamos y queremos.
Un texto maravilloso, Carlos. Un beso muy fuerte a los cuatro
Hola Carlos,
te felicito por la carta y no soy capaz de llegar tan siquiera a intuir por lo que habéis pasado y todo por querer hacer lo mejor para el pueblo en el que vives.
Estoy contigo, no debemos callar ante los que no callan, pues hasta ahora esa ha sido su arma: que la gente decente no ha querido hablar por no ser como ellos; pero debemos denunciar sus sucias maniobras porque NOSOTROS NO SOMOS COMO ELLOS