Hay muchas formas de entender los presupuestos municipales.
Sin duda, una de ellas es entender los presupuestos municipales como un arma política, presionando a los técnicos para imponer criterios nada realistas que llevan a sobredimensionar los ingresos.
Como ejemplos tenemos las múltiples alertas de Bruselas a nuestros gobiernos centrales y autonómicos por la elaboración de presupuestos con previsiones de ingresos completamente artificiales. ¿Por qué ocurre eso? Porque ningún político quiere ser el que tenga que decir a sus ciudadanos que se va a recaudar menos y que se van a tener que recortar estas u otras partidas.