Torrelodones no se ha librado del urbanismo masivo de las dos últimas décadas, lo que ha supuesto importantes impactos y el colapso de los accesos e infraestructuras. Además, el anterior equipo de gobierno del Partido Popular pretendió urbanizar de forma acelerada los suelos protegidos, como el Área Homogénea Norte, proyecto que les hizo tristemente famosos en toda España. Afortunadamente, la Comunidad de Madrid y la Comisión Europea rechazaron el pelotazo por considerarlo ambientalmente inviable. El caso es que este desmedido afán urbanizador del PP local todavía lo arrastramos debido a los planeamientos aprobados por anteriores corporaciones, como el de Las Marías. La antigua finca de “Las Marías” es un amplio terreno de monte, ya parcialmente urbanizado, situado en la margen occidental de la A-6, donde se encuentra la emblemática torre que da nombre a nuestro pueblo, y que atesora notables valores ambientales, paisajísticos e históricos. Es además una zona muy frecuentada por paseantes y familias, como área de esparcimiento y disfrute de un entorno natural y un aroma serrano envidiables. El paisaje de este entorno, con su torre, está impreso en la mente de los madrileños, pues todos los que se dirigen desde la capital hacia el norte por la A-6 comienzan a sentir en este lugar el cambio de la fisionomía, que aquí da paso de la llanura madrileña al paisaje granítico propio de la Sierra de Guadarrama. Las Marías constituye la representación más significativa del paisaje de lo que los geólogos llaman la rampa de Torrelodones, zona de transición entre la llanura y la montaña.