¿Por qué tienen los políticos tan mala fama?
Vivimos tiempos en los que, por diversos motivos, dedicarse a la política no está bien valorado. Es más, podría decirse justamente lo contrario. Y es lógico. La verdad es que ministros como Rodrigo Rato o Jaume Matas; senadores como Bárcenas o Ana Torme; diputados como Arístegui o Gómez de la Serna; presidentes de comunidades autónomas como Ignacio González o Pujol; alcaldes como Rita Barberá; presidentes de Diputaciones como Gabriel Amat; o presidentes de cajas de ahorro públicas como Hernández Moltó o Miguel Blesa…, entre los más de 3.000 cargos públicos imputados, investigados, procesados o condenados no ayuda mucho.