La pasada semana, el Presidente del Gobierno español declaró (curiosamente en Panamá, sin duda, el lugar más cercano para dirigirse a los españoles) que “una de las prioridades es la regeneración democrática” e invocó a “un esfuerzo entre todos para corregir errores en el funcionamiento de nuestras instituciones”. Como viene siendo habitual, las medidas anunciadas carecen de concreción y parecen más “globos sonda” que propuestas firmes y concretas. Es más, sorprende que algo que se califica como “prioritario” se deje para septiembre.