Uno de los problemas principales de los ayuntamientos es la gestión de las basuras y de los excrementos caninos. Este problema va directamente relacionado con la educación y urbanidad de los habitantes que, por muchas medidas que se impongan, si no hay una concienciación personal e individual, todo llevará mucho más tiempo y costará más dinero a todos.
En Torrelodones acaba de finalizar una campaña para convencer a los vecinos de que no dejaran ninguna bolsa fuera de los contenedores, una campaña que intenta convertir a los contenedores en una especie de monstruos «zampabolsas» divertidos y atractivos, alejándonos de esa imagen de Señorita Rotenmeyer antipática y regañona que nos sale a todos desde muy dentro cuando nos enfrentamos a contenedores rodeados de bolsas que alguno no han tenido la educación de introducir. Acercamos, a través de un número de whatsup, la atención a los vecinos y el aviso de incidencias y llevamos, a través de talleres en los colegios, la concienciación a más de 1.150 alumnos de los diferentes centros de nuestro municipio. ¡Creamos hasta un decálogo del buen reciclador!
No podemos decir que la campaña haya sido un éxito rotundo ya, pero creemos que no podemos cejar en nuestro empeño de seguir educando y concienciando para hacer que Torrelodones sea un municipio mucho más limpio.
Ahora afrontamos la segunda etapa que se centra en en solucionar el problema de las cacas de los perros. En Torrelodones hay censados más de 5.000 canes y, aunque ha mejorado algo la respuesta de los propietarios de animales respecto a los excrementos de éstos, queda mucho por conseguir. En esta nueva campaña el foco se centra ahora en el dueño/la dueña, responsable principal y único de que nuestras calles estén en unas condiciones que a nadie agrada. La nueva campaña irá destinada a educar a los dueños aunque para ello haya que pedir ayuda a los propios animales que, ‘humanizados’, dirigen distintos mensajes a sus dueños. En este punto, hemos considerado imprescindible que los niños torresanos se impliquen directamente y, gracias a sus dibujos y mensajes, estamos dando forma a diferentes carteles disuasorios.
Sin duda hay que reforzar los recursos (se han instalado más del doble de sanacanes de los que había hasta alcanzar los 93), aumentar la vigilancia (mapa de cacas con las zonas más castigadas y patrullas de paisano de la policía) e incrementar las multas (desde 250 euros de la primera infracción hasta los 750 euros de los más insistentes) Pero también recurrir a la creatividad para potenciar el debate: que una gran caca nos persiga por el municipio con la única intención de llamar la atención y de conseguir que, entre todos, seamos capaces de educar a los dueños y dueñas de las mascotas para que recojan los que estos dejan en nuestras calles.
Y, sin duda, esto sólo se consigue entre todos.


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Me parece muy bien la campaña que se está realizando contra los propietarios de perros que no cumplen las conductas básicas de convivencia no siendo capaces de agachar el lomo y recoger el excremento de su perro.
Pero cumple igualmente el ayuntamiento con sus deberes de mantenimiento en los recintos destinados a nuestras mascotas «PIPICAN».
La respuesta en un NO rotundo. Desde antes del 25 de mayo estoy denunciando mediante el teléfono de Wasapp facilitado por el Ayuntamiento de Torrelodones , el estado tan deplorable que se encuentra el » PIPICAN» situado en la carretera del Pardo; en la Urbanización los Nuevos Peñascales. Cuando se crea una infraestructura la obligación es mantenerla en estado de uso; si no es así el recinto deja de cumplir su fin y se convierte en un lugar fantasma.
Los SANICAM no se recogen con la asiduidad adecuada, con las molestas consecuencias de malos olores y en esta época de calor hace insoportable el estar en el recinto. Las bolsas de excrementos se acaban y no se reponen (solo una vez al mes). Cuando el SANICAM está lleno y no caben más excrementos hay dos papeleras de madera que alojan el resto de los desechos; pero debe ser que los responsables de mantener el SANICAM no son los mismos que los encargados de vaciar las papeleras, por lo cual aquí se quedan los restos hasta que alguien pasa a cambiar estas bolsas; que en el mejor de los casos, tienen que pasar hasta dos meses. Actualmente se encuentran sin bolsa al haberla retirado los usuarios del recinto y arrojarlas al contenedor de desperdicios.
No menos importante es el estado en que se encuentra dicho recinto de maleza. Se lleva reclamando el desbroce del PIPICAM desde mediados de Abril y la respuesta es » llegara su turno le extensión de Torrelodones es muy grande». Perdone; la prioridad es máxima porque si no es así deja de cumplir su función específica. Cómo ejemplo puedo constatar que el perro de un usuario a tenido que someter a su mascota a intervención quirúrgica con anestesia total, al introducirse espigas de matojos por las fosas nasales; 200 € han tenido la culpa. Parásitos, insectos…..etc. se adueñan del recinto.
No existe señalización del recinto, ni de las normas básicas que deben regir estos espacios.
Lamento la poca sensibilidad de la administración ante estos asuntos que podrían ayudar a sensibilizar a los usuarios el acudir a estos recintos controlados y reducir de esta forma actos poco cívicos de comportamiento individuales.
Es evidente que los problemas con la basura y las cacas de los perros derivan de una falta de educación y civismo.
Desde esa óptica, me parece muy acertado apuntar a la educación, como medida correctora. Y si es a la infantil, mejor.
Y si se hace con inteligencia y humor, maravilloso.
Aplaudo, entonces, el gasto en campañas como las que el Ayuntamiento está realizando.
Sin embargo, esto es España y la sanción complementaria como medida correctora es imprescindible; si no, la gente pasa.
El marco creado de campañas informativas y educativas le vale al Ayuntamiento para pasar a la sanción habiendo enseñado, informado, divulgado.
Ha llegado el momento de derivar los recursos hacia la sanción, es hora de gastar en agentes de paisano y no en campañas de promoción.
Como se pongan tres sanciones al día, se corre la voz y todo el mundo con su bolsita para las cacas.
Y respecto de las basuras, primero marco jurídico, luego campaña y a continuación sanción.
Y el que quiera oir, que oiga.
Yo creo que el Ayuntamiento está haciendo mucho mas de lo que tiene que hacer, para reconducir este problema.
Somos los propietarios de perros, los que debemos asumir la recogida de los excrementos de nuestros canes, y agradecer al Ayuntamiento los medios que, pagados por los impuestos, pone a nuestro alcance.
Yo pediría al ayuntamiento que, puesto que ha hecho el esfuerzo para ayudarnos, si no recogemos los excrementos y somos pillados, nos multe a conciencia. Es reciprocidad.