«Que tengas un buen día… a no ser que tus planes sean otros».
Si hemos comenzado este texto tratando de arrancar una sonrisa, quizá tampoco sea mala idea ponernos una sonrisa al salir de casa, dejar la cara de lunes y comenzar así el día. Sería bueno que la sonrisa formara parte de nuestro vestuario. Fruncir el ceño requiere la intervención de muchos más músculos que sonreír. Entonces ¿por qué no lo practicamos más?